Madre de Guadalupe

Madre de Guadalupe

domingo, 20 de septiembre de 2015

VOLVER A SER NIÑO





Mc 9, 30-37

«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y servidor de todos». El discípulo de Jesús ha de renunciar a ambiciones, rangos, honores y vanidades. En su grupo nadie ha de pretender estar sobre los demás. Al contrario, ha de ocupar el último lugar, ponerse al nivel de quienes no tienen poder ni ostentan rango alguno. Y, desde ahí, ser como Jesús: «servidor de todos».

Pone a un niño en medio de los Doce, en el centro del grupo, para que aquellos hombres ambiciosos se olviden de honores y grandezas, y pongan sus ojos en los pequeños, los débiles, los más necesitados de defensa y cuidado. Luego, lo abraza y les dice: «El que reciba a un niño como este en mi nombre, me recibe a mí.

Una Iglesia que abre sus puertas a los pequeños e indefensos está enseñando a recibir a Dios. Una Iglesia que mira hacia los grandes y se asocia con los poderosos de la tierra está pervirtiendo la Buena Noticia de Dios anunciada por Jesús.

domingo, 7 de junio de 2015

EL ES PAN PARTIDO Y REPARTIDO






Lamentablemente cada vez mas , los cristianos están abandonando la misa .Si embargo celebramos la eucaristía y comulgamos para tomar conciencia de  una realidad que puede pasar desapercibida . Que El AMOR-DIOS está en todo.Y está siempre en todos de la misma manera. Podemos pasar toda nuestra vida sin enterarnos o podemos tomar conciencia de esta realidad y vivirla.
Los sacramentos ni son magia ni son milagros.Cuando celebramos una eucaristía, lo que hacemos es algo mucho más profundo,  Tomar conciencia de lo que fue Jesús durante su vida  y comprometernos a ser nosotros lo mismo. Lo que pasa fuera de mí, lo que puedo ver u oír es solo un medio para descubrir dentro de mí, una realidad que me transciende.

En la eucaristía, el signo  es el pan el pan partido y repartido, para ser comido y el vino como sangre (vida) que se pone al servicio de los demás. En ambos casos significa  el AMOR, que es Dios.Significa Jesús como don, es decir, es el AMOR que es Dios, manifestado en Jesús.

 Hombre- cuerpo no hace referencia a la carne, sino a la persona .Ofrecer su cuerpo equivale a ofrecer su persona. Comer el pan significa,  comulgar con Jesús –tomarlo a él y a su mensaje como referencia y criterio de vida- y alimentarse/fortalecerse con él.

 La eucaristía resume la actitud  de Jesús, en manifestar, amando, lo que es Dios. Entrega..., hasta dar la vida.

domingo, 31 de mayo de 2015

COMO ES DIOS?


Dios ES un inmenso presente que lo llena todo. Dios es la realidad que hace posible toda realidad.

Hoy podemos comprender que Dios no ES  la creación, pero tampoco es nada separado de ella.
 De la misma manera que no podemos imaginar la Vida como algo separado del ser que está vivo. No podemos imaginar lo divino separado de todo ser creado, que, por el mero hecho de existir, está traspasado de Dios.
 El Dios de Jesús no es el Dios de los buenos, de los piadosos, de los religiosos ni de los sabios, es también el Dios de los excluidos y marginados, de los enfermos y tarados; incluso de los irreligiosos inmorales y ateos. El evangelio no puede ser más claro: "las prostitutas y los pecadores os llevan la delantera en el Reino de Dios"El mensaje de Jesús escandalizó, porque hablaba de un Dios que se da a todos sin que tengamos que merecerlo.

Para nosotros, es sobre todo la experiencia que Jesús tuvo de su PADRE, lo que nos debe orientar en nuestra búsqueda. Jesús no se propuso inventar una nueva religión ni un nuevo Dios. Lo que intentó con todas sus fuerzas, fue purificar la idea de Dios que tenía el pueblo judío en su época. Ese esfuerzo le costó la vida. Jesús en todo momento quiere dejar claro que su Dios es el mismo del ANTIGUO TESTAMENTO.
La experiencia básica de Jesús fue la presencia de Dios en su propio ser.
Descubrió que Dios lo era todo para él y decidió corresponder siendo él mismo todo para los demás. Tomó concien­cia de la fidelidad de Dios y respondió siendo fiel a sí mismo. Al llamar a Dios "Abba", Jesús abre un horizonte completamente nuevo en las relaciones con el absoluto.
El reconoci­miento de nuestra limitación, es el camino para llegar a la experiencia de Dios. Él es el único verdadero y sólido fundamento sin el cual, nada existe. Jesús descubre que el centro de su vida está en Dios. Pero eso no quiere decir que tenga que salir de sí para encontrar su centro. Descubrir a Dios como fundamento, es fuente de una insospechada humanidad.Este es el único camino para conocer a Dios.
Descubrir que lo que Él es y lo que soy yo se identifica.
Sólo si llego a descubrir lo que soy,
puedo llegar, no a conocer, sino a vivir lo que es Dios.

domingo, 17 de mayo de 2015

ASCENSION





No podemos seguir pensando en un Jesús subiendo físicamente más allá de las nubes. Para poder entender la fiesta de la Ascensión, debemos volver al tema central de Pascua. LA VIDA, pero no la biológica sino la divina. Esa Vida no está sujeta al tiempo,  es estable y permanente.
 El hombre Jesús se transforma definitivamen­te, alcanzando la meta suprema. Se hace una sola realidad con Dios,EL PADRE QUE VIVE. Ese Padre sigue en lo más hondo de nuestro ser y ahí tenemos que buscar para encontrarlo. Si me empeño en buscarlo en otra parte,me encontraré con un dios a mi medida, pero falso.

La verdadera salvación del hombre no está en que lo libren del pecado, sino en alcanzar la plenitud a la que estamos llamados todos. Esta verdad, es la base de toda salvación.

Lo primero es vivir desde la confianza absoluta en la acción de Dios.  Es lo que nos ha enseñado Jesús.
 Dios sigue trabajando con amor  el corazón de todos sus hij@s. Dios no está bloqueado por ninguna crisis.No está esperando  de la Iglesia  restauración o nuestros proyectos de innovación. Él sigue actuando en la Iglesia y fuera de la Iglesia. Nadie vive abandonado por Dios, aunque no haya oído nunca hablar del Evangelio de Jesús.El Evangelio tiene fuerza para inaugurar un cristianismo nuevo.

domingo, 22 de febrero de 2015

EMPUJADOS AL DESIERTO


Mc 1, 12-15
Marcos presenta a Jesús en el desierto como un resumen de su vida. «el Espíritu empuja a Jesús al desierto». Toda la vida de Jesús se realiza con la fuerza del Espíritu.Al recibirlo en el bautismo, no queda libre de la lucha contra el mal. Como todo hombre, tiene que debatirse para alcanzar su plenitud. No fue un camino fácil; sino de pruebas, inseguridad y amenazas. Precisamente por haber alcanzado la meta como ser humano, está capacitado para marcarnos el camino a nosotros.
El desierto es símbolo de lucha  y de prueba.
Satanás es el símbolo de la oposición al plan de Dios.
Las "fieras" (o "demonios") son aquellas cosas que nos frustran y, sobre todo,  lo que no hemos reconocido o aceptado en nuestro interior. Es la "sombra" que vamos arrastrando  hasta que no la reconocemos abiertamente en su totalidad. Nos "obliga" a  ir hacia nuestra verdad profunda, sacándonos de la "zona de confort", en la que nos instalamos, conformándonos con vegetar.
Los "ángeles" son los consuelos  que aparecen en forma de paz, de luz, de comprensión, de fortaleza, de amor...
Abracemos toda nuestra verdad, junto con el miedo, la soledad, la tristeza, la angustia... seamos capaces de mirarnos de frente, con paciencia y mucho afecto hacia nosotros mismos, hasta sentir cómo dejando de rechazarlos y negarlos desaparecen.

Al amar lo que somos, se acaba la frustración de que "esto no debería ser así"... Somos mas reales, porque hemos llegado a Casa.

domingo, 15 de febrero de 2015

EN EL CORAZON DE DIOS CABEN TODOS


Mc 1, 40-45

De forma inesperada, un leproso «se acerca a Jesús». Según la ley, no puede entrar en contacto con nadie. Es un «impuro» y ha de vivir aislado. Tampoco puede entrar en el templo. ¿Cómo va a RECIBIR Dios en su presencia a un ser tan repugnante? Su destino es vivir excluido. Así lo establece la ley.



"Si quieres, puedes limpiarme". Sabe que Jesús lo puede curar, pero ¿querrá limpiarlo?, ¿se atreverá a sacarlo de la exclusión a la que está sometido en nombre de Dios?
A Jesús le produce  emoción  la cercanía del leproso. No se horroriza ni se echa atrás.«se conmueve hasta las entrañas». La ternura lo desborda. ¿Cómo no va a querer limpiarlo él, que solo vive movido por la compasión de Dios hacia sus hijos e hijas más indefensos y despreciados?
Sin dudarlo, «extiende la mano» hacia aquel hombre y «toca» su piel despreciada por los puros. Sabe que está prohibido por la ley y que, con este gesto, está reafirmando la trasgresión iniciada por el leproso. Solo lo mueve la compasión: «Quiero: queda limpio».
Esto es lo que quiere el Dios encarnado en Jesús: limpiar el mundo de exclusiones que van contra su compasión de Padre. No es Dios quien excluye, sino nuestras leyes e instituciones. No es Dios quien margina, sino nosotros. En adelante, todos han de tener claro que a nadie se ha de excluir en nombre de Jesús.
 Es  reconocible el Espíritu de Jesús  en esas personas que ofrecen apoyo y amistad gratuita a prostitutas indefensas, que acompañan a enfermos de sida olvidados por todos, que defienden a homosexuales que no pueden vivir dignamente su condición... Ellos nos recuerdan que en el corazón de Dios caben todos.