Madre de Guadalupe

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domingo, 30 de octubre de 2016

ZAQUEO HOY VOY A TU CASA



Como Zaqueo, hoy muchas personas se sienten despreciadas por los dirigentes religiosos, y además, los cristianos con nuestra actitud seguimos impidiéndoles ver al verdadero Jesús.Estar abiertos a los demás, es aceptar a todos como son, no solamente a los que son como yo.
 Si la Iglesia propone a Jesús como modelo, ¿por qué se parece tan poco nuestra actitud a la de Jesús?  Habría que preguntarse, quién tiene más culpa, el que se equivoca pero defiende su postura con honradez o la intransigencia de la iglesia oficial, que llena de desespe­ranza a los que piensan de distinta manera y les hace tomar una postura radical.
Hacer nuestro el espíritu de Jesús es caminar por la vida con el corazón y los brazos siempre abiertos. Estar siempre alerta a los más pequeños signos de búsqueda. Recibir a todo el que venga con buena voluntad, aunque no piense como nosotros; incluso aunque esté equivocado. Estar siempre dispuestos al diálogo y no al rechazo o la imposición. Descubrir que lo más importante es la persona, ni la doctrina, ni la norma, ni la ley.
“He venido a buscar y salvar lo que estaba perdido”. ¿Cuándo nos meteremos esto en la cabeza? Jesús no tiene nada que hacer con los perfectos. Solo los que se sienten perdidos, podrán ser encontrados por él. No se trata de fomentar los sentimientos de culpabilidad.Tampoco de sentirse “indigno pecador”.Se trata de tomar conciencia de la dificultad del camino y sentir la necesidad de ayuda para alcanzar la meta.Se trata de sentir la fuerza de Dios en lo hondo de mi ser.Pero también de buscar y aceptar la ayuda de los demás,
Zaqueo ya no era el mismo. El encuentro con Jesús le había devuelto su grandeza interior.

domingo, 11 de septiembre de 2016

VIVIR CON ALEGRIA



El evangelio de Lucas , este domingo,nos cuenta,tres parábolas. Para leer y escuchar tranquilos y abrirnos a lo nuevo de la Palabra de Dios .

Se trata de cambiar conceptos religiosos, que son los más difíciles de quitar del corazón humano. Después de veinte siglos, todavia se hace dificil cambiar nuestro concepto de Dios. Seguimos pensándolo como el que premia y castiga. Creer por lo que Dios puede darme o no darme, no tiene sentido.El Dios que premia a los buenos y castiga a los malos, es incompatible que el espíritu de Jesús. Dios no nos ama porque somos buenos, al contrario.
El vacío interior y el hambre de amor pueden ser los primeros signos de nuestra lejanía de Dios.¿Qué nos falta? ¿Qué podría llenar nuestro corazón?.
Las tres parábolas hablan de nuevas oportunidades y de alguien que, como nuestro Dios, no se cansa de buscarnos y esperar.
Estas parábolas no van dirigidas a los pecadores, sino a los fariseos y letrados que murmuraban de Jesús porque se juntaba y comía con quienes eran considerados socialmente pecadores. Los publicanos y pecadores se habían enriquecido a costa de los pobres; no les preocupaba el bien común y se ocupaban más de sí mismos que de la comunidad. La parábola no va dirigida a los pecadores, para que se arrepientan, sino a los fariseos para que cambien su idea de Dios. Jesús se sienta a comer también con los publicanos y pecadores y manifiesta así lo que Dios realiza con todos, seamos “buenos” o “malos”.
 Pero también nos hablan de fiestas y de alegría, de intentar que nadie ni nada se pierda, de compartir con otros y de experimentar cómo la alegría aumenta.Que no nos pase  también a nosotros creernos que somos los “buenos”. Y no nos enteremos de que la fiesta es para todos y que la llamada que Jesús nos hace es a compartir nuestros bienes con los demás y así poder experimentar la verdadera alegría.