Madre de Guadalupe

Madre de Guadalupe

domingo, 23 de marzo de 2014

EL AGUA que da Jesus es MANANTIAL.


Jn 4, 5-42
Jesús se encuentra de paso por Samaría. Jesús toma la iniciativa y pide de beber a la Samaritana.

HOY NOS PIDE AGUA A NOSOTROS.

 Esa agua no es "algo" –algún objeto que pudiera saciarnos- ni se está lejos de nosotros.  Está en nuestro núcleo más profundo. Lo que suele ocurrir es que –como la samaritana- estamos lejos de ella. Al vivir "fuera" de nosotros, desconectados de la fuente.

El agua-Espíritu que da Jesús, se convierte en manantial que continuamente da Vida.
El Hombre recibe Vida en su raíz, en lo profundo de su ser. Como el agua hay que extraerla del pozo, el agua del Espíritu hay que sacarla de lo hondo de uno mismo.
Muchas personas se han ido alejando de Dios, sin darse cuenta lo que estaba pasando en su interior. Hoy Dios les resulta un "ser extraño". Todo lo que está relacionado con él, les parece vacío y sin sentido: un mundo infantil, cada vez más lejano.
 Muchas personas están hoy abandonando a Dios antes de haberlo conocido. Si conocieran la experiencia de Dios que Jesús contagia, lo buscarían.
Si yo escucho, Dios no se calla. Si yo me abro, él no se encierra. Si yo me confío, él me recibe. Si yo me entrego, él me sostiene. Si yo me hundo, él me levanta.

La experiencia más importante es encontrarnos a gusto con Dios.