Madre de Guadalupe

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domingo, 11 de septiembre de 2016

VIVIR CON ALEGRIA



El evangelio de Lucas , este domingo,nos cuenta,tres parábolas. Para leer y escuchar tranquilos y abrirnos a lo nuevo de la Palabra de Dios .

Se trata de cambiar conceptos religiosos, que son los más difíciles de quitar del corazón humano. Después de veinte siglos, todavia se hace dificil cambiar nuestro concepto de Dios. Seguimos pensándolo como el que premia y castiga. Creer por lo que Dios puede darme o no darme, no tiene sentido.El Dios que premia a los buenos y castiga a los malos, es incompatible que el espíritu de Jesús. Dios no nos ama porque somos buenos, al contrario.
El vacío interior y el hambre de amor pueden ser los primeros signos de nuestra lejanía de Dios.¿Qué nos falta? ¿Qué podría llenar nuestro corazón?.
Las tres parábolas hablan de nuevas oportunidades y de alguien que, como nuestro Dios, no se cansa de buscarnos y esperar.
Estas parábolas no van dirigidas a los pecadores, sino a los fariseos y letrados que murmuraban de Jesús porque se juntaba y comía con quienes eran considerados socialmente pecadores. Los publicanos y pecadores se habían enriquecido a costa de los pobres; no les preocupaba el bien común y se ocupaban más de sí mismos que de la comunidad. La parábola no va dirigida a los pecadores, para que se arrepientan, sino a los fariseos para que cambien su idea de Dios. Jesús se sienta a comer también con los publicanos y pecadores y manifiesta así lo que Dios realiza con todos, seamos “buenos” o “malos”.
 Pero también nos hablan de fiestas y de alegría, de intentar que nadie ni nada se pierda, de compartir con otros y de experimentar cómo la alegría aumenta.Que no nos pase  también a nosotros creernos que somos los “buenos”. Y no nos enteremos de que la fiesta es para todos y que la llamada que Jesús nos hace es a compartir nuestros bienes con los demás y así poder experimentar la verdadera alegría.